La longitud de la trompeta y su efecto en el torque

Ajustar un motor de aspiración natural suele ser más complicado que uno de inducción forzada.

Un motor n/a muy nervioso no cuenta con presión de sobrealimentación que compense las concesiones en el diseño del motor, por lo que para obtener los mejores resultados, todo debe diseñarse a la perfección. En este caso, ajustar la longitud de la trompeta de admisión puede tener un efecto drástico tanto en la entrega de par como en la potencia máxima. Ajustar la longitud del conducto de admisión a la perfección permite aprovechar las ondas de presión en el conducto para facilitar el llenado del cilindro.

El aire es similar a un resorte: cuando la válvula de admisión se cierra, la columna de aire se detiene y se acumula sobre sí misma, comprimiéndose cerca de la válvula y creando una zona de alta presión. Al igual que un resorte, esta onda de presión regresa por el conducto de admisión y, al llegar al final de la trompeta, se invierte y regresa a la válvula. La clave está en ajustar la longitud de la trompeta a la perfección para que la onda de presión llegue a la válvula de admisión al abrirse de nuevo para el siguiente ciclo del motor. Si lo hacemos bien, la onda de presión puede utilizarse para impulsar más aire hacia el cilindro.

Sin embargo, este tipo de ajuste solo es efectivo en un rango de rpm estrecho, por lo que debes decidir en qué rango de rpm quieres centrar tus esfuerzos. Como regla general, las trompetas cortas promueven una mayor potencia a altas rpm, mientras que las más largas favorecen el par a bajas rpm. Obtener el mejor equilibrio implica realizar numerosas pruebas precisas en el banco de potencia.

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